Pertenecer a una organización es mucho más que un simple contrato laboral, es una emoción profunda que nos impulsa a darlo todo, a invertir nuestro tiempo y energía en algo que sentimos como propio.
Este vínculo se crea a través de las relaciones humanas y el sentirnos seguros y confiados con las personas que trabajamos.
Cuando estamos realmente vinculados a una organización, las preguntas que nos hacemos cambian; dejan de ser transaccionales y se transforman en reflexiones más profundas sobre cómo podemos contribuir, apoyar y crecer juntos.
¿Has escuchado sobre el "Efecto Pigmaleón"?
El Efecto Pigmalión, también conocido como la "Profecía Autocumplida", es un sesgo cognitivo psicológico que tiene sus raíces en la mitología griega.
Pigmalión era un talentoso escultor y rey de Chipre. Desilusionado por las mujeres de su tiempo, decidió crear una estatua de una mujer perfecta. Así, creó a su estatua “Galatea”, tan perfecta que se enamoró de ella. Su amor y creencia en la vida de la estatua, hicieron que Afrodita, la diosa del Amor, le diera vida.
La primera vez que escuché sobre el Efecto Pigmalión fue cuando tenía 11 años y mis papás estaban preparando una charla para un grupo de trabajo. Me explicaron cómo las expectativas que tienes sobre una persona que lideras influyen de manera dramática en su desempeño. Este fenómeno no solo es importante cuando somos líderes con nuestros equipos sino también con nuestros pares; demuestra que cuando creemos en las capacidades de nuestros colegas y nos abrimos a ver todas sus cualidades, no solo ayudamos a que sean mejores, sino que también elevamos la moral y el espíritu trabajando juntos.
Para profundizar más en este interesante tema, te invito a leer el artículo "Efecto Pigmalión, el enorme poder de las expectativas" del Instituto Europeo de Psicología Positiva, y si lo tuyo son las 'buenas conversaciones', te invito a separar una hora de tu agenda para tomarte un "alguito" (como llamamos al snack de la tarde en Colombia), con este capítulo de Almalive, en el que tuve la oportunidad como invitada, de compartir con tres mujeres increíbles algunas de las historias que me han enseñado sobre la Vulnerabilidad, el Amor y el Propósito.
Hoy quiero agradecer el efecto reconfortante que tuvo en mí, reconocer esta semana lo “de buenas que soy” al tener colegas tan brillantes que me enseñan todos los días a ser mejor persona y profesional:
🎖️ David González Larrahondo y su capacidad de estructurar de manera sistémica y práctica retos complejos que conectan lo Humano con el Mundo de la Inteligencia Artificial, rompiendo toda clase de paradigmas.
🎖️ Martha Luz Echeverri y su talento para exponer con valentía y determinación diferentes puntos de vista capaces de construir posibilidades en un ambiente retador y obtener resultados excepcionales.
🎖️ David Otero y su escucha y resiliencia para recibir y comprender otros puntos de vista y valorarlos de manera profunda para complementar su liderazgo integral que mueve montañas.
🎖️ María Mercedes Ibáñez y su elocuencia y sabiduría que hacen que construir con ella sea la fórmula perfecta para que las cosas salgan muy bien.
🎖️ Arturo Mejía Ávila, con su charla divertida, contundente e inspiradora “Que se joda el miedo”, que invita a enfrentar nuestros temores y fluir, cargando la batería que solo podemos cargar por nosotros mismos.
Admirar y apreciar a nuestros colegas es fundamental para construir proyectos exitosos. Te invito a fomentar un entorno donde las relaciones sean más humanas y el apoyo mutuo sea la base de nuestro actuar.
¡Ahora cuéntame tú qué acciones crees que podríamos tomar para reconocer y admirar los logros de nuestros colegas!
Por cierto ¿Ya tienes tu libro físico?
Recuerda que "Ganas y Canas" ya se encuentra disponible en las librerías Lerner de todo el país.
¡No te quedes sin el tuyo! 🤓📘
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